🌾 Cuando una pareja decidió obedecer… sin entender

Había una vez un hombre y una mujer que estaban atravesando un tiempo difícil. No había abundancia. No había certezas. Solo había fe… y una Biblia abierta.

Una noche, mientras leían juntos las Escrituras, se encontraron con un versículo que parecía brillar más que los demás:

“Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
—Malaquías 3:10

El hombre, aunque no comprendía todo, obedecía con corazón sincero. La mujer, con más discernimiento, también se aferró a esa promesa. Así, sin entender completamente pero con una convicción viva, dieron su diezmo. Fueron 80 dólares. Lo entregaron a un pastor que conocían.

Lo hicieron dos veces. Luego, el pastor se fue del país. Y entonces se hicieron la gran pregunta:
“¿Ahora a quién se lo damos?”


 

🍚 Cuando el diezmo se convirtió en alimento

En lugar de guardar el dinero o dejarlo sin propósito, decidieron algo diferente: comprar comida para los necesitados. Fueron a un supermercado mayorista. Con los mismos 80 dólares compraron arroz, café, azúcar, agua, y muchos otros víveres. Dios multiplicó ese dinero, al punto que prepararon cuatro grandes bolsas negras llenas de provisión.

Pero aún quedaba una pregunta:
¿A quién se las damos?


 

📺 La noticia, la señora y el primer intento

Esa noche, vieron en las noticias el caso de una mujer mayor cuya casa estaba destruida por la humedad. Decidieron ir hasta allá. Le entregaron una de las bolsas. Pero algo en su interior les dejó una inquietud. La mujer tenía familia, hijos que la visitaban, y trabajaba en la calle como guía de estacionamientos. No era que no lo mereciera… pero no se sintieron guiados a quedarse.

Entonces, siguieron. Tenían más para dar.


 

🛣️ Debajo del puente… encontraron un hogar

En su búsqueda, llegaron a una zona de la ciudad donde jamás imaginaron que encontrarían tanta humanidad: debajo de un puente, en un barrio de altos contrastes, había casas hechas de cartón comprimido, con tierra como piso, y sueños como techo.

Pidieron permiso para estacionarse en un gimnasio privado. Los guardias, al saber que iban a entregar comida, les abrieron las puertas y los dejaron pasar.

Allí conocieron a una pareja sin hijos. Gente que vivía en la calle, sí… pero que mantenía su espacio limpio, ordenado y con dignidad. Tenían cama, clóset, hasta sus perritos. Ellos agradecieron emocionados, y pidieron una bolsa más para su tío, que vivía a unos metros. Luego, ellos mismos señalaron a otros “vecinos” de la calle, al otro lado de una quebrada, y les entregaron la última bolsa. Esa generosidad entre quienes nada tienen, fue un acto que marcó sus corazones.


 

🧾 “De la Calle”

En la conversación, algo quedó grabado para siempre. Uno de ellos contó que, al intentar registrarse en el sistema, el Estado lo anotó como “Hector De La Calle”, literalmente. Ese fue su apellido oficial. Así quedó:
como si su única identidad fuera la calle.


 

✨ Reflexión

Quizás tú que estás leyendo esto has vivido escasez. Tal vez sabes lo que es sentir que das, y no recibes nada. Pero déjame decirte algo que esta pareja aprendió:

Dios ve el corazón obediente.
Y aunque no todo tiene sentido inmediato, Él siempre responde.

Después de esa siembra, Dios abrió muchas puertas para ellos. Aun cuando no fue por caminos perfectos, la bendición llegó. No porque ellos eran especiales, sino porque la obediencia en lo poco activa milagros en lo mucho.

 

 

🙏 Si tú puedes ayudar… hazlo

Hoy en día hay miles de personas con hambre. No solo hambre de pan, sino hambre de amor, de dignidad, de consuelo, de Dios.

Si en tu corazón sientes el deseo de hacer algo por alguien, ponte en oración.
Pídele al Espíritu Santo que te muestre a quién, cómo y cuándo.
Porque tú, como hijo o hija de Dios, puedes ser un instrumento del cielo en la tierra.

No necesitas tener mucho. Solo necesitas estar disponible.
Dios se encargará del resto.

—🕊 Eliyael

 

en_USEnglish